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Petia Radeva: «La transferencia de conocimiento es un motor de motivación para los investigadores»

La pasión que desde muy pequeña sintió Petia Radeva por los números la llevó a licenciarse en Matemáticas y en Informática, a cursar un máster en Procesamiento de Imágenes e Inteligencia Artificial y a doctorarse con una tesis sobre la visión por computadora. Ahora esta investigadora de Bulgaria establecida en Barcelona dirige el grupo de investigación Computer Vision de la Universidad de Barcelona y está adscrita al Centro de Visión por Computador, ​​donde trabaja en el desarrollo de algoritmos y modelos matemáticos y estadísticos para el procesamiento de imágenes adquiridas por lifelogging.

¿Qué es exactamente el ‘lifelogging’?

El lifelogging es el proceso de captar imágenes sobre la vida de una persona. Por ejemplo, el Facebook es lifelogging porque explica nuestra vida. Si hablamos del visual lifelogging hablamos de una cámara portátil, muy ligera y fácil de usar –no tiene ningún botón– que hace dos fotos por minuto y con la que puedes saber todo lo que has hecho durante el día: dónde has estado, con quién has hablado, qué has comido… Esto abre el camino a muchísimas aplicaciones, porque cada día se aportan más evidencias de que el estilo de vida repercute en la mayoría de las enfermedades importantes. Gracias a esta tecnología, un paciente puede mostrar objetivamente a su médico si come a la hora que dice, si sale a pasear, si lleva una vida activa…

¿Qué tiene que ver todo esto con las matemáticas?

La cámara capta dos imágenes por minuto; por lo tanto, al final del día tenemos dos mil imágenes. De éstas, hay muy pocas que aporten información. Si tuviéramos que repasar cada día esa cantidad de imágenes, al final del mes tendríamos hasta 100.000 imágenes que nadie se miraría. Nosotros diseñamos algoritmos computacionales y modelos matemáticos y estadísticos para saber si una imagen es semánticamente rica o no. Ya tenemos unos algoritmos desarrollados, validados y publicados y otros en los que estamos trabajando.

¿Qué aplicación puede tener este proceso?

Con el equipo de la Dra. Maite Garolera, del Consorcio Sanitario de Terrassa, trabajamos para aplicar el lifelogging a enfermos con deterioro cognitivo leve. Estas personas todavía son autónomas, pueden vivir solas en casa, pero empiezan a tener los primeros síntomas de una enfermedad que les afecta en su vida cotidiana. Tenemos la teoría de que utilizando el lifelogging y trabajando con sus imágenes biográficas se puede ejercitar la memoria y ralentizar el proceso. Hoy en día estos pacientes hacen sudokus y ejercicios matemáticos para ejercitar la memoria, ejercicios muy poco naturales para un enfermo. Nosotros pensamos que trabajar con las imágenes biográficas es lo más natural, porque las emociones que hay detrás de las imágenes también pueden ayudar y hacer que las terapias sean mucho más eficientes. Por otra parte, también trabajamos con temas relacionados con la nutrición, las migrañas, la depresión y la asistencia en casa de personas mayores o con discapacidades.

¿Podría tener esta tecnología alguna otra aplicación fuera del ámbito sanitario?

El lifelogging podría ser una herramienta muy interesante para poder preservar la herencia cultural intangible: las costumbres, las tendencias, las tradiciones, los movimientos sociales… Con las cámaras portátiles y las redes sociales guardamos muchísima información de nuestra vida cultural, y procesar toda esta información nos permite guardar y preservar nuestra cultura intangible para las siguientes generaciones.

¿Cómo ve la situación actual de la investigación en España y en Cataluña?

Pienso que estamos peor que hace cinco años: la financiación de los proyectos públicos es mucho menor y se aprueban menos proyectos y con menos presupuesto. En España no hay dinero, y por eso ahora mismo hay una fuerte presión para que pidamos proyectos europeos, pero no hay una infraestructura de apoyo. Para los proyectos europeos no sólo tienes que proponer una tecnología de investigación, sino que también tienes que saber hacer un plan de negocio y tener la capacidad y la experiencia de manejar grandes grupos, lo que requiere tener unas fuertes capacidades de dirección. Toda esta crisis la vamos a sufrir, al menos, los próximos veinte años. De los quince doctorandos que yo he tenido, seis están trabajando en el extranjero, y todo lo que España ha invertido en ellos ahora no lo puede aprovechar. Los investigadores que podrían llevar proyectos, investigar o avanzar con la tecnología aquí, están fuera. Con ello estamos perdiendo mucho, pero es difícil intentar convencer a alguien que no quiere escuchar.

¿Qué opinión tiene sobre la transferencia de conocimiento?

Creo mucho en la transferencia de conocimiento, porque, por un lado, es una herramienta de validación de todo el trabajo que hacemos con los modelos teóricos y, por otro lado, es un motor de motivación tanto para nosotros como para nuestros alumnos. El hecho de que lo que inventamos, además de ser innovador, pueda ayudar a personas, motiva mucho. Además, hay empresas que plantean unos problemas que muchas veces pueden ser más complejos que los que nosotros podríamos imaginarnos nunca. Las empresas tienen un vínculo directo con el mercado, y por lo tanto son las que pueden llevar un producto al mercado, un trabajo que está poco relacionado con la investigación que nosotros hacemos.

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La FBG es…

…muy útil para los investigadores, porque hace el enlace con la sociedad, con las instituciones y con las empresas que los investigadores no tenemos tiempo de hacer.

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