Casos de éxito

Pilar Vinardell «Dejar de experimentar con animales no es sólo cuestión de ética, también resulta más económico»

La Dra. Pilar Vinardell fue pionera en Cataluña en la búsqueda de métodos in vitro alternativos a la experimentación animal. “Estas cosas que le gustan a Pilar” –como solían decir sus colegas del Departamento de Fisiología de la Universidad de Barcelona– la llevaron a ser miembro de la Eurotox, del grupo de trabajo en métodos alternativos de la AETOX, de la REMA y del Comité Científico de Seguridad del Consumidor de la Comisión Europea.

¿Por qué decidió buscar modelos alternativos a la experimentación con animales?

En mi departamento esto de las nuevas alternativas les parecía algo muy extraño, y por eso a veces se referían a ello como “estas cosas que le gustan a Pilar”, porque no lo comprendían. Yo sabía, sin embargo, que en el futuro habría que encontrar métodos alternativos para testar la toxicidad, y que no publicaríamos nada si seguíamos experimentando con animales. Ahora la ley ha cambiado, la gente está más concienciada y se habla de las tres erres en la experimentación animal: reemplazo de animales –que hace referencia a la utilización de métodos de experimentación que eviten el uso de animales–, reducción del número de animales en experimentación, y refinamiento, de modo que el animal sufra lo menos posible.

¿Cuál es el objetivo de su grupo de investigación?

Nuestra investigación va dirigida a métodos de toxicología in vitro en los que no se utilicen animales, principalmente en el campo de la irritación ocular y dérmica, la sensibilización dérmica (alergias) y la rama de los anticancerosos. Nuestra idea es trabajar con estos métodos alternativos para mejorarlos y conseguir que sean lo más eficaces posible para demostrar que realmente funcionan.

En 2013 se prohibieron los ensayos cosméticos con animales…

Sí, desde la comunidad científica ya dijimos que esta prohibición había sido un poco precipitada, porque aún faltaban muchos modelos por validar. Se está trabajando muchísimo, pero validar un método no es fácil, se tarda muchos años. En aquellos momentos Europa fue pionera con una normativa muy estricta, pero ahora esta tendencia a dejar de experimentar con animales se ha extendido a otros países, no sólo por cuestiones éticas, sino también porque resulta más económico.

 ¿Llegará un día en el que se prohibirá el uso de animales también para los ensayos de fármacos?

Creo que a la larga sí. La tecnología está avanzando mucho: se hacen órganos en 3D, se cultivan células… Parece ciencia ficción, pero cada vez se avanzará más en esta dirección. Se empezó a experimentar con animales porque es lo que se tenía más a mano, pero al final una rata no deja de ser un modelo de experimentación, no es un humano. Las pruebas de irritación ocular, por ejemplo, siempre se han hecho con conejos, porque tienen los ojos grandes, pero científicamente se ha demostrado que no son iguales que los de los humanos (la córnea es distinta, y las lágrimas tampoco son iguales). Se puede demostrar que los métodos alternativos son más eficaces que los ensayos con animales, y eso es lo que nosotros hacemos: intentar que las metodologías alternativas sean más fiables que el ensayo con animales. Sin embargo, como seres humanos tenemos una gran deuda con los animales, porque todos los avances que se han logrado en los campos de la ciencia, la medicina o la farmacia no se habrían podido conseguir sin ellos.

¿Qué relación tienen con las empresas del sector?

Nos hemos encontrado con empresas que creen que la universidad es un servicio que está a su disposición y que no tienen que pagarlo. Muchas pequeñas empresas del sector de la cosmética se piensan que trabajarás para ellos gratis o que si tienen que hacer algún pago u ofrecer alguna compensación puede ser por ejemplo en forma de una publicación, que además tienes que hacerte tú mismo. Estas empresas quieren resultados rápidos; sólo piensan en solucionar un problema, y ​​no se acuerdan de la investigación. Es cierto, sin embargo, que hay otras empresas que sí invierten en investigación. Así, por ejemplo, lo último que hemos hecho es un training en una empresa para enseñarles a hacer técnicas in vitro.

¿Qué opinión le merece la situación de la investigación en España?

Económicamente la situación está fatal. Muchas veces se consigue sacar algo adelante porque la gente tiene voluntad. Somos buenos porque a la gente le gusta lo que hace y le dedica horas, pero no tenemos el apoyo económico necesario. Durante unos años parecía que éramos ricos y que todo funcionaba, pero ahora se ha visto que no somos ricos y que la inversión en investigación ha bajado.

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