Maribel Trillas «Los investigadores que sólo se quedan con las publicaciones se pierden la mitad de la historia»
Maribel Trillas, cofundadora de Biocontrol Technologies, fue una de las doce finalistas a los premios Mujer Innovadora 2017 que otorga la Unión Europea. La spin-off de la Universidad de Barcelona se encarga de desarrollar microorganismos naturales para su utilización como agentes de control biológicos ante enfermedades en cultivos.
¿Cree que España es un país de mujeres innovadoras?
Por lo que hemos visto en el último año parece que sí. Fuimos cuatro las españolas que quedamos finalistas. Sin embargo, nadie sabía que éramos tantas, lo descubrimos en Bruselas mismo.
En la Facultad viví reacciones diversas. Personas con las que normalmente sólo nos saludábamos me abrazaron. “¡Que valiente!”, me decían. Otros se morían de envidia. Alguien me dijo que había tenido suerte… Si un hombre gana un premio es porque es brillante, pero si lo gana una mujer es porque ha tenido suerte… ¡Pues no hombre, no! Pienso que detrás de este premio hay una intención de buscar modelos de mujeres emprendedoras e innovadoras, para que cuando alguien piense en el rol de líder, también piense en una mujer.
Cuando estudiaba Biología, ¿pensó alguna vez en crear una empresa?
No. Hay gente que nace y ya sabe que tendrá una empresa. Yo no. Tuve la oportunidad de ir a Estados Unidos con una beca y allí empecé a trabajar en el control biológico. Si no hubiera ido tal vez no me habría interesado por el control biológico, que entonces pensaba que era algo que sólo estaba en los libros.
Cuando encontramos el microorganismo, y después de algunas pruebas, vimos que tenía mucho potencial, y entonces nos envalentonamos, porque vimos que podía ser rentable. Tramitamos la patente, y a partir de ahí lo registramos y creamos un miniequipo. Fuimos valientes y creímos en el producto, porque veíamos que era bueno y que curaba una enfermedad que era difícil de controlar con un producto químico. A medida que fuimos avanzando vimos que era aún mejor de lo que pensábamos y que funcionaba para más enfermedades.
En la parte económica sí que hemos pasado algunas penurias, pero la parte científica ha sido muy gratificante, sólo nos ha dado alegrías. Los investigadores que se quedan sólo con las publicaciones se pierden la mitad de la historia.
¿Cuál es la diferencia entre los productos biológicos y los químicos?
Un producto químico mata tanto lo bueno como lo malo, y hace desaparecer los enemigos naturales de muchas enfermedades. Lo que se intenta con los productos biológicos es restablecer el equilibrio potenciando los productos que se encuentran en el suelo de manera natural y que hasta ahora hemos ido destruyendo con los productos químicos. Los productos químicos pueden matar hasta un 80% de los agentes causantes de la enfermedad, mientras que los biológicos quizás los reducen entre un 40% y un 60%. Hay por tanto un margen, es cierto, que los productos biológicos no cubren, pero aún así son mejores. El producto químico, al ser tóxico, se debe degradar, y tiene muy pocas semanas de vida. Por el contrario, los productos biológicos, al no ser nocivos, se combinan en el suelo con muchas estructuras que son de supervivencia para la planta.
Nuestro producto proviene de un hongo, de una cepa de un trichoderma. Es una aproximación ecológica, más de biólogo, que intenta restablecer el equilibrio que los productos químicos han destruido. Activa las defensas naturales de la planta, un extra que hace de vacuna contra muchas enfermedades. Y al activar las defensas, casi todas las plantas responden bien al mismo; pero cuando aplicamos nuestro producto al suelo, su efecto se potencia aún más, de manera que cuando la planta se ve atacada responde más rápidamente y con una magnitud mucho mayor.
Cuando explicaba los productos biológicos a los agricultores ellos me decían que los productos químicos son curativos y los biológicos preventivos. “¿Y qué desventaja es ésta?”, les respondía yo. El producto químico es una respuesta inmediata, una inversión a corto plazo, mientras que el producto biológico lo es a medio plazo. De modo que vas haciendo y cada vez tienes menos problemas. Y además regeneran el suelo en toda su biodiversidad.
¿En qué momento se encuentra Biocontrol actualmente?
Económicamente, ahora mismo estamos saliendo del ‘valle de la muerte’ y empezamos a ver la luz. Tenemos licencia para vender el producto en Estados Unidos, Canadá, países europeos, Egipto y algunos países del este de Europa. Nosotros vendemos a empresas exportadoras, y nuestro objetivo es acabar vendiendo también a las empresas locales para su consumo. Vendemos el producto a distribuidores de las zonas, pero no lo fabricamos, porque vimos que hacer una fábrica para un solo producto era carísimo. Ahora mismo estamos ampliando el número de fábricas con las que trabajamos, que están situadas todas en Europa.
Yo pienso que nuestro nicho de mercado más importante es Europa, y más concretamente España y el arco mediterráneo, debido a su clima cálido. También nos interesaría introducirnos en América Central para probar nuestro producto con enfermedades de la banana, la piña y otras frutas de la zona.
¿Seguirán investigando para sacar algún producto más al mercado?
A mí me gustaría mucho seguir investigando sobre cosas que tengo literalmente en el congelador. Sacar alguna de estas cosas del congelador y ponernos a trabajar en ella. Lo que no tengo muy claro es hacia dónde deberíamos tirar, porque volver a hacer un desembolso tan importante como el que hicimos… Pero a mí me gustaría buscar algo que estuviera más enfocado a una o dos enfermedades concretas, ya que nuestro producto es de muy amplio espectro… Me gustaría, por tanto, conseguir uno o dos productos más antes de jubilarme, o al menos empezar a trabajar en ellos y que el equipo vaya trabajando en ellos hasta acabarlos.
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La FBG es… una herramienta imprescindible si quieres innovar o si quieres hacer transferencia. Sin la FBG sería imposible salir adelante. Te sitúan en el mundo real ayudándote con el plan de empresa, poniéndote en contacto con otra gente… A mí me ha ayudado mucho; la gente que hay en la Fundación es imprescindible.