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Nuevo bioestimulante para mejorar la resistencia de los cultivos a la sequía

La agricultura mediterránea se enfrenta a un desafío creciente debido al cambio climático, que aumenta la frecuencia y la intensidad de la sequía e incrementa la salinización de los suelos de cultivo. Estos factores impactan sobre la producción de alimentos y provocan pérdidas económicas significativas. En este contexto, los bioestimulantes vegetales se perfilan como solución innovadora para mejorar la resistencia de los cultivos a este estrés y reducir la necesidad de fertilizantes químicos.

La Universidad de Barcelona (UB), a través de la Fundación Bosch i Gimpera (FBG) y con el apoyo de Banco Santander, ha concedido una ayuda Prueba de Concepto del Fondo para el Impulso de la Innovación (F2I) de 25.000 euros en el proyecto “Pararhizobium-based plant biostimulant improving abiotic stress tolerance in crops” del Dr. Rubén Alcázar, profesor de la sección de Fisiología Vegetal del Departamento de Biología, Sanidad y Medio Ambiente de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB.

Este proyecto consiste en el desarrollo de un nuevo bioestimulante basado en dos bacterias inéditas de Pararhizobium sp., aisladas en el laboratorio. Estas cepas han demostrado su capacidad para mejorar la tolerancia de los cultivos a la sequía, salinidad, frío y helada. Las cepas y sus usos han sido protegidos mediante una solicitud de patente en la Unión Europea y, actualmente, se están negociando acuerdos de licencia con empresas del sector agroalimentario.

“La agricultura de hoy en día debe ser más sostenible y reducir el impacto químico en los campos, pero al mismo tiempo, debe conseguir mejorar el rendimiento en un entorno adverso como es el cambio climático. Además, necesitamos tener alimentos seguros y económicamente viables por los bolsillos de las personas. Aplicando la biotecnología, nosotros hemos desarrollado un nuevo bioestimulante que optimiza el rendimiento de los cultivos y los protege de condiciones climáticas adversas, cada vez más frecuentes. Estamos trabajando por la sostenibilidad alimentaria a corto y largo plazo”, explica el Dr. Rubén Alcázar. «Es un buen ejemplo de por qué la biotecnología de plantas es un sector estratégico de futuro, con un evidente impacto sobre la transferencia», añade.

Comprender la tolerancia al estrés hídrico

El proyecto incluye ensayos en condiciones de campo para evaluar el rendimiento y calidad de los frutos bajo regímenes de riego limitado. Además, se realizarán análisis moleculares de alta precisión para comprender mejor los mecanismos de tolerancia al estrés hídrico.

“Queremos saber cómo funciona el producto estudiando los mecanismos moleculares para los que se explican estos afectos. Queremos ver cómo este bioestimulante logra que los cultivos sean más tolerantes a la sequía. Si conocemos estos mecanismos, nos posicionaremos mejor en el mercado y podremos seguir mejorando el producto de una forma dirigida”, remarca el Dr. Alcázar.

El objetivo final de este proyecto es facilitar el establecimiento de acuerdos de licencia con empresas especializadas en bioestimulantes y contribuir al desarrollo de nuevos productos ecológicos que ayuden a la agricultura a hacer frente a los desafíos derivados del cambio climático.

Según el Dr. Alcázar, disponer de esta ayuda F2I será un paso «esencial» para garantizar la continuidad del proyecto de transferencia. «La ayuda nos permitirá contar con la experiencia de la Fundación Bosch i Gimpera que nos ayudará para que el producto que estamos desarrollando esté más cerca del mercado».

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