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La UB desarrolla un bioestimulante que permite mejorar la producción de los cultivos frente a la crisis climática

El cambio climático ha hecho que en las últimas décadas se hayan producido cambios repentinos de temperatura, como inviernos más fríos, así como un aumento de las sequías, que tienen un impacto considerable en la producción agrícola. Investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) han desarrollado una herramienta para ayudar a combatir estas condiciones adversas. Se trata de un nuevo tipo de bioestimulante que mejora la calidad de los cultivos y también la protección contra el frío y el exceso de salinidad que acompaña a las sequías. Además, este innovador producto ha demostrado en ensayos con tomate y colza que mejora el rendimiento y la calidad de las cosechas.

Los bioestimulantes son mezclas orgánicas procedentes de diferentes extractos de plantas, o bien productos formulados con microorganismos vivos, que favorecen el crecimiento de las plantas estimulando su metabolismo. Estas características hacen que en los últimos años se hayan convertido en una alternativa, más ecológica y respetuosa con el medio ambiente, a los fertilizantes sintéticos. A pesar de su uso extensivo en la agricultura, los fertilizantes químicos pueden contaminar los suelos, el agua y el aire, causando por tanto daños al medio ambiente y alterando los ecosistemas naturales.

El nuevo bioestimulante desarrollado por el equipo de la UB se basa en nuevas cepas de Pararhizobium sp, aisladas y caracterizadas por el mismo grupo de investigación. Estos estimulantes biológicos pueden ser una opción efectiva y más respetuosa con el medio ambiente que los métodos de fertilización actuales, y también podrían utilizarse como complemento, para proteger los cultivos y reducir el uso de los fertilizantes sintéticos y sus efectos nocivos.

El equipo del profesor Rubén Alcázar, del Departamento de Biología, Sanidad y Medio Ambiente de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación, ya ha validado con éxito la eficiencia de este nuevo biostimulante en cultivos de colza y tomate. En el caso del tomate, el nuevo producto mejoró el rendimiento del cultivo, le proporcionó tolerancia a las bajas temperaturas y mejoró la calidad de sus frutos. En el caso de la colza, se observó un aumento en el rendimiento, la resistencia a las temperaturas de congelación y la tolerancia a la salinidad. Además, se trata de un producto fácil de escalar, dado que las cepas son estables y tienen condiciones de crecimiento adecuadas para la industria.

En este contexto, ya se ha presentado una solicitud de patente europea para proteger la innovación, y se está trabajando en nuevos ensayos para validar la efectividad del bioestimulante con otros cultivos.

Rubén Alcázar, profesor de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB, ha liderado la investigación.

 

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