
“Las nanopartículas que hemos desarrollado pueden tener un impacto real en la vida de los pacientes con glaucoma”
La Dra. Elena Sánchez, profesora de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona, lidera un proyecto innovador que podría suponer un antes y un después en el tratamiento del glaucoma.
Esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta a millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de ceguera, necesita nuevas estrategias terapéuticas más efectivas y menos invasivas.
¿En qué consiste la tecnología que han desarrollado para combatir el glaucoma?
Hemos desarrollado unas nanopartículas lipídicas de última generación que poseen propiedades terapéuticas. Estas partículas encapsulan un compuesto activo, natural, que tiene propiedades neuroprotectoras.
¿Qué características hacen especialmente innovadora esta tecnología?
La principal ventaja de estas nanopartículas es que se pueden administrar de manera tópica, en forma de gotas oftálmicas, lo que resulta muy cómodo y accesible para los pacientes. Además, permiten una liberación prolongada del compuesto activo, lo que favorece su eficacia terapéutica. Los ensayos en modelos animales han demostrado que estas partículas son capaces de llegar hasta el polo posterior del ojo y la retina, lo que las convierte en una opción muy prometedora para la neuroprotección en el glaucoma.
Además, han conseguido incorporarlas en un gel termosensible.
Exacto, se trata de un colirio que se aplica en forma líquida, pero que, al entrar en contacto con la superficie ocular, aumenta su viscosidad. Esto hace que se adhiera mejor al ojo y mejore la penetración de las nanopartículas, aumentando aún más su potencial terapéutico.
¿Cómo beneficiará esta tecnología a los pacientes con glaucoma?
Por un lado, las nanopartículas lipídicas tienen propiedades hidratantes, lubricantes y antiinflamatorias que las hacen efectivas para tratar la sequedad e inflamación ocular, muy comunes en estos pacientes. Por otro lado, pueden actuar como coadyuvante de los tratamientos actuales, que se centran en reducir la presión intraocular, o bien combinarse con estos fármacos para administrarlos conjuntamente en una única formulación. Es, por tanto, una tecnología altamente versátil y con gran potencial disruptivo.
Recibieron una ayuda Prueba de Concepto del Fondo para el Impulso de la Innovación (F2I) que otorga la Universidad de Barcelona. ¿Qué supuso recibir esta ayuda?
La ayuda F2I ha sido fundamental para hacer avanzar el proyecto. Nos ha permitido iniciar la escalada industrial de las nanopartículas y disponer de los recursos necesarios para validar aspectos clave como la biodistribución y la duración de las nanopartículas en tejidos oculares. También estamos realizando ensayos con modelos animales específicos de glaucoma para obtener datos más precisos sobre su mecanismo de acción.
¿En qué estado se encuentra este proyecto?
Hemos realizado varios ensayos en modelos animales en los que hemos comprobado que poseen eficacia terapéutica. Aun así, estamos ampliando estos estudios de biodistribución y eficacia en glaucoma. En cuanto a la protección intelectual, nos encontramos en fases nacionales con capacidad para transferir la tecnología desarrollada. Paralelamente, ya hemos iniciado la escalada industrial de las nanopartículas, un paso clave para avanzar hacia la futura aplicación clínica.
¿Cómo se vive como investigadora poder participar en un proyecto como este?
Es un reto apasionante, especialmente porque es la primera vez que hacemos un recorrido tan completo, desde el laboratorio hasta la posible transferencia al mercado. Además, este proyecto nació en el marco de una tesis doctoral dentro de nuestro grupo de investigación y lo hemos ido haciendo crecer con mucha implicación por parte de todos los miembros del equipo. Estamos muy ilusionados con la posibilidad de llevar esta tecnología un paso más allá y poder licenciarla.
¿Cómo consiguen compaginar la transferencia, la investigación y la docencia?
Con dificultades… pero también con mucha motivación (ríe). La transferencia es una parte muy gratificante, porque te permite ver cómo la investigación puede tener un impacto real en la vida de los pacientes. A la vez, compaginarlo con las tareas docentes, que también son muy exigentes e importantes, supone un gran esfuerzo. Pero le dedicamos mucha energía porque creemos en el valor de este proyecto y, sobre todo, tengo la gran suerte de estar respaldada por un equipo de investigadores muy comprometidos que llevan a cabo una gran labor.
Más sobre… Elena Sánchez
¿El mejor invento de la historia?
Las vacunas.
¿Qué le gustaría ver en el futuro?
En mi campo, me gustaría ver cómo la nanotecnología llega al mercado de manera más masiva. En el ámbito personal, como tengo una niña, me gustaría que tanto niños como niñas tuvieran la misma educación y las mismas oportunidades.
¿Un avance del futuro que le dé miedo?
La inteligencia artificial.
¿Un referente?
Mi mentora y directora de tesis, la Dra. María Luisa García, que me transmitió la ilusión por la investigación, y mis padres, que siempre han luchado por alcanzar sus objetivos con esfuerzo y determinación.
¿Qué se podría hacer para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres?
Habría que fomentar entornos inclusivos y equitativos en los que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de progresar y se reconozca el talento sin sesgos de género.
La transferencia es importante para…
Convertir el conocimiento científico en soluciones reales para los pacientes.