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Una spin-off de Cambridge desarrolla sistemas de refrigeración más ecológicos y eficientes a partir de una investigación con la participación de la UB

Hace cuatro años, los doctores Lluís Mañosa y Antoni Planes, catedráticos de la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona, ​​descubrieron, junto con otros investigadores de la Universidad de Cambridge (el Dr. Xavier Moya) y de la Universidad Politécnica de Catalunya (los doctores Tamarit y Lloveras), un tipo de material con propiedades de refrigeración similares a las de los gases refrigerantes que se utilizan en la mayoría de aires acondicionados. Esta investigación, liderada por el Dr. Moya, ha llevado a la creación de Barocal Ltd., una spin off de la Universidad de Cambridge que utiliza esta innovadora tecnología con el objetivo de desarrollar sistemas de refrigeración más ecológicos y energéticamente más eficientes que los actuales.

Cuando los gases refrigerantes convencionales –hidrofluorocarburos e hidrocarburos (HFC y HC)– se filtran al aire contribuyen al calentamiento global. En cambio, la nueva tecnología se basa en un proceso que no produce emisiones contaminantes de CO2 y que utiliza materiales ampliamente disponibles y económicos. Se trata de unos cristales plásticos muy maleables, en la frontera entre sólidos y líquidos, con efectos barocalóricos, es decir, que experimentan grandes cambios térmicos ante la aplicación y la eliminación de presión. Así, cuando estos materiales se ponen bajo presión, producen grandes efectos de refrigeración, suficientes para hacerlos competitivos con los refrigerantes fluidos convencionales, pero sin muchos de sus inconvenientes.

Uno de los retos de la nueva empresa es conseguir un producto que sea eficiente energéticamente, ya que dos terceras partes de las emisiones de CO2 de los sistemas de refrigeración convencionales provienen de la energía consumida durante su funcionamiento. En este sentido, Barocal es uno de los ocho finalistas del concurso internacional Global Cooling Prize, en el que han participado 139 proyectos de 31 países con el objetivo de desarrollar soluciones de refrigeración residencial que sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Cada uno de los proyectos finalistas ha recibido 200.000 dólares para desarrollar un prototipo, y el proyecto ganador, que se conocerá a finales de 2020, recibirá un millón de dólares para su implementación.

Además de servir para el desarrollo de aires acondicionados y de neveras, la nueva tecnología también puede mejorar los sistemas de refrigeración de baterías de vehículos o de instrumentos electrónicos y de aquellos procesos industriales y científicos que necesitan controlar la temperatura de refrigeración de manera exacta, como los experimentos con células o con otros materiales biológicos.

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