Un proyecto de la UB para investigar el impacto de la pulpa de escaramujo sobre los individuos obesos obtiene 22.000 euros gracias al mecenazgo
El grupo de investigación Nutritional Cell Signaling (NCS) del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona ha recaudado 22.050 euros gracias a una campaña de micromecenazgo a través de la plataforma PRECIPITA. Con este dinero estudiarán el impacto metabólico de la pulpa de escaramujo (Rosa canina) sobre individuos obesos y resistentes a la insulina.
Algunas empresas ya se han interesado por esta investigación. Nutraresearch es una empresa líder en la prestación de servicios de investigación y desarrollo y transferencia tecnológica de productos para el sector de complementos alimenticios y farmacéutico a terceros, y ha apoyado la campaña de mecenazgo.
El escaramujo, un arbusto con propiedades medicinales
El escaramujo es un arbusto espinoso perenne de la familia de las rosáceas con un fruto rojizo en forma de colmillo que se ha utilizado como remedio popular desde hace mucho tiempo gracias a sus propiedades medicinales. Es un arbusto muy común en toda la península Ibérica, propio de zonas montañosas de los Pirineos, y está además ampliamente distribuido por toda Europa, el oeste y el centro de Asia, el norte de África, las islas Azores y las islas Canarias. El fruto del escaramujo presenta un alto contenido en vitamina C y compuestos bioactivos (polifenoles y carotenoides), y se ha identificado como un potente antioxidante. Más recientemente varios estudios han sugerido su efecto antiobesogénico.
El proyecto pretende, además de prevenir y tratar la obesidad, contribuir a la estrategia de sostenibilidad alimentaria de la Unión Europea que busca proteger el medio ambiente y garantizar alimentos saludables para todo el mundo, a la vez que garantiza los medios de vida de los campesinos por el hecho de trabajar con frutas y verduras producidas en proximidad. Así, puede que a más largo plazo este tipo de estudio sea extrapolable a otras frutas autóctonas, como podrían ser las fresas, los fresones, las frambuesas o los arándanos.