Neus Otero «La geoquímica isotópica nos proporciona una herramienta para ver quién está contaminando»
Neus Otero es miembro del MAiMA, el grupo de investigación de la Universidad de Barcelona certificado con el sello TECNIO de ACCIÓ que trabaja en el análisis de isótopos estables, la mineralogía y la geoquímica. El grupo lleva más de veinte años comprometido con la transferencia de conocimiento y de tecnología al tejido empresarial, a la administración pública y a la sociedad.
¿A qué se dedica el MAiMA?
Nuestros conocimientos y nuestra experiencia son sobre todo en geoquímica isotópica y en mineralogía. Aplicamos estas herramientas a distintos campos de investigación: medio ambiente, durabilidad de obra civil y autenticación de alimentos. Nuestro campo más fuerte y en el que llevamos más años haciendo investigación y transferencia es el del medio ambiente, sobre todo en relación con la calidad de las aguas, ámbito en el que investigamos el origen de la contaminación, el destino de los contaminantes y la eficiencia de estrategias de atenuación de los contaminantes.
Por un lado, trabajamos en el ámbito de la contaminación agrícola, la contaminación industrial o urbana y también en el ámbito de la contaminación minera. Principalmente en aguas subterráneas, pero también en aguas superficiales. Utilizamos siempre la geoquímica isotópica, y esto nos proporciona, en muchas ocasiones, una herramienta para poder determinar quién está contaminando. Por ejemplo, podemos distinguir si un nitrato viene de un fertilizante químico o de un purín. Estudiamos los acuíferos para saber si los nitratos que encontramos en él tienen mayoritariamente un origen ligado a fertilizantes químicos o a purines animales. Esta información es importante de cara a tomar medidas de control y cómo se debe actuar para reducir la contaminación. Hacer esta investigación para saber quién contamina nos llevó a ver que hay contaminantes que se degradan de forma natural y a estudiar estos procesos de degradación. Con los nitratos, por ejemplo, hemos observado que en algunos acuíferos se produce una disminución de la contaminación de manera natural. Estudiando cómo funcionan estos sistemas naturales, últimamente trabajamos en líneas de investigación nuevas para poder inducir estos procesos en lugares donde no se está dando de manera natural.
¿Cuál diría que ha sido el proyecto estrella del MAiMA en estos más de veinte años?
Hemos cerrado hace poco un proyecto con la Agencia Catalana del Agua y la empresa Geoservei, que considero bastante importante por su alcance territorial, para determinar el origen de los nitratos en diversos puntos de Cataluña. Aquí hemos hecho un trabajo muy interesante, porque hemos combinado nuestras capacidades con las de otro grupo de investigación de la UB, dirigido por el Dr. Anicet Blanch. Combinando los marcadores microbiológicos que ellos han desarrollado con marcadores isotópicos hemos estudiado unos doscientos puntos contaminados por nitratos para tratar de determinar de dónde viene la contaminación y qué se puede hacer al respecto.
Ahora mismo también estamos estudiando el impacto del vertedero de la Vall d’en Bas en el acuífero del Garraf. Éstos son dos ejemplos de proyectos en los que yo participo como investigadora principal.
¿Quiénes son los clientes del MAiMA?
La Administración siempre ha estado interesada en nuestro ámbito de investigación, y de hecho durante los primeros años la mayoría de proyectos de transferencia fueron con la administración. Pero cada vez hay más empresas privadas, principalmente consultorías e ingenierías ambientales, que ven estas herramientas como un valor añadido para ser más competitivas en sus proyectos.
Ahora mismo, en proyectos de medio ambiente, trabajamos más o menos un 25% en proyectos de colaboración con la administración pública y un 75% en proyectos de colaboración con empresas. El trabajo que hacemos en el ámbito de la durabilidad mineral, en el que estudiamos la estabilidad de taludes, los áridos que se utilizan en los firmes de las carreteras, etc., sí que lo llevamos a cabo, principalmente, en colaboración con la Administración. En el ámbito de la autentificación de alimentos, que es el más nuevo y que creemos que puede tener mucho potencial, estamos trabajando en colaboración con un clúster de empresas de alimentación y con pequeñas empresas.
¿Cuál es el secreto para que año tras año sigáis haciendo transferencia con el entorno de las empresas y las instituciones?
Cuando inicié el doctorado fui a hacer una visita a la Agencia Catalana del Agua para ver si lo que queríamos hacer podía ser de su interés, si querían colaborar con los muestreos, etc. Y, de hecho, antes de terminar la tesis la Agencia Catalana del Agua ya nos había vuelto a llamar para ver si los podíamos ayudar en un problema que tenían con unos pozos. Desde entonces ha sido siempre una relación continuada. Otra cosa que nos ha servido ha sido la organización de cursos para explicar, sobre todo, la herramienta de los isótopos aplicados al medio ambiente tanto a gente de la Administración como a gente del mundo de la empresa. A través de estos cursos, los asistentes ven el potencial de estas herramientas, y esto ha hecho que a menudo se hayan puesto en contacto con nosotros a lo largo de los más de veinte años de historia que tiene el grupo.
Es importante tener el input de qué es lo que realmente necesitan la Administración, las empresas y la sociedad en general para poder ir evolucionando en nuestra investigación en este sentido. Obviamente, necesitamos la investigación básica, porque nuestra investigación aplicada se basa en unos principios teóricos que se han de desarrollar, pero también es muy importante no perder esta conexión con los que son los problemas más importantes que pueden tener tanto las instituciones como las empresas.
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