Moisès Carmona: «Nos gusta construir organizaciones comunitarias para dar respuesta a las discriminaciones y opresiones»
Entrevistamos al Dr. Moisès Carmona, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona y miembro del Grupo de Investigación en Interacción y Cambio Social.
Con el Dr. Carmona conversamos sobre la interacción entre las personas y el contexto en el que viven, y la importancia de organizarse colectivamente para hacer frente a las discriminaciones.
¿Cuál es la finalidad de su grupo de investigación?
Nos interesa sobre todo la interacción entre las personas y el contexto. Intentamos comprender cómo nos afecta la relación con las demás personas y en el contexto en el que vivimos. La finalidad del grupo de investigación es contribuir a mejorar aspectos de la sociedad. Somos una universidad pública, nos financiamos con dinero público y nos sentimos comprometidos a que debemos devolver a la sociedad todo lo que nos da.
¿En qué consiste la psicología comunitaria?
La psicología comunitaria se refiere a aquellos aspectos y estructuras sociales que influyen en nuestro comportamiento cotidiano. Desde mi punto de vista, la psicología es una disciplina que ha puesto el foco en las carencias, problemas, déficits. Por el contrario, la psicología comunitaria se centra en las fortalezas, sin obviar que también existen los problemas. Cuando trabajamos con un grupo de personas, tratamos de observar cuáles son los aspectos más potentes de esa comunidad y que pueden servir para contribuir a promover un cambio social. Trabajamos para mejorar las condiciones de vida de la gente y hacer emerger las opresiones que vivimos en la sociedad y que quedan escondidas.
¿Cómo por ejemplo?
Hemos realizado un proyecto europeo para ver en qué medida las universidades son integradoras del colectivo LGTBI y promueven su participación. O vamos a barrios como Gràcia y Poblenou para analizar los efectos de la gentrificación y ver cómo afecta esto a los vecinos que son expulsados del barrio ya la gente que se queda. Queremos poner en valor problemáticas que quedan olvidadas, denunciar que existen estas situaciones y abordarlas de otra manera.
¿Cómo influye la perspectiva de género, raza y clase en la psicología comunitaria?
Influye mucho. En una asignatura que hacemos en la Facultad, pedimos a los estudiantes que nos narren situaciones de opresión que han vivido. Las estudiantes que son mujeres rápidamente conectan con situaciones de opresión que han sufrido, desde acoso, miradas, incluso situaciones muy graves. Y en el caso de los hombres, algunos son incapaces de conectar con ninguna situación de opresión que hayan vivido, y estoy seguro de que a pesar de ser hombre, joven, blanco, europeo y universitario han sufrido alguna situación de opresión.
Las discriminaciones que siguen sufriendo las mujeres hoy en día son terribles…
En el caso del género, es un ejemplo clarísimo que ser hombre o mujer en esta sociedad es completamente distinto. Las mujeres llevan cadenas por el hecho de ser mujeres, y los hombres no las llevamos. Desde nuestro grupo de investigación, queremos que la gente sea consciente de que las cosas que le ocurren no son por gracia divina, sino que suceden por cómo está configurada la sociedad, que ha hecho que haya unas personas que tengan unos privilegios y otros no.
¿Y qué se puede hacer para combatir estas discriminaciones?
Debemos reflexionar y aprender de las causas de estas discriminaciones y opresiones, y colectivamente tratar cómo darle respuesta. Creemos que es fundamental que las respuestas sean sociales. Muchas de las causas que podemos sufrir son de ámbito social y, por tanto, la solución también debe pasar por medidas sociales. Debemos ser capaces de organizarnos colectivamente para dar respuesta a estas discriminaciones y opresiones. Desde el grupo de investigación nos gusta construir organizaciones comunitarias, grupales, para dar respuesta. Nosotros no vamos a salvar a nadie, sino que queremos ayudar a que se organicen para resolver estas discriminaciones.
En un contexto de pospandemia, las consecuencias de la guerra en Ucrania, una inflación muy elevada… ¿Qué importante es que la sociedad se organice para hacer frente a momentos que pueden resultar complicados para muchas personas?
Es trascendental. Durante la pandemia, vimos que en determinantes barrios la gente se organizaba, desde vecinos que se preocupaban de llevar la comida a otros vecinos que no podían salir porque eran personas muy mayores, etcétera. Vimos que esto no sucedía en todos los barrios. Los barrios en los que había una organización comunitaria previa más o menos fuerte, la gente se organizaba para hacer frente a la pandemia. Y al revés, en aquellos barrios donde no solía haber mucha organización comunitaria, era más difícil que surgieran iniciativas así. Por tanto, donde hay una experiencia previa de organización es más fácil que lo sigan haciendo en un futuro. Como sociedad, debemos ser capaces de organizarnos para solucionar problemas pequeños y grandes.
Es un grupo de investigación muy activo. ¿Qué proyectos tiene sobre la mesa en la actualidad?
Tenemos muchos, je, je. Estamos con un proyecto del CatSalut para hacer una propuesta para humanizar el sistema de salud, porque vemos que existe un déficit sobre la experiencia del paciente. Queremos humanizar los servicios públicos para que las personas que participen tengan una experiencia más satisfactoria. Nos interesa establecer un grupo de trabajo para ver qué experiencias existen y cómo conseguir que los profesionales ofrezcan una atención más cercana, más humana y más reconfortante. Queremos que el usuario se sienta que le están tratando como una persona y no como un número.
También tiene un proyecto con la Fundación Catalana del Esplai para ver el impacto educativo en los ratos de ocio en las escuelas.
Sí, es un proyecto que hacemos en colaboración con un grupo de investigación de la Facultad de Educación de la UB. El objetivo es ver cómo influye en la educación de los niños el rato del mediodía, donde los niños y niñas comen y realizan actividades. Queremos saber qué valor tiene este espacio, donde los niños aprenden a relacionarse, adquieren valores y hábitos alimenticios y de salud.
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