Mireia Mallandrich «En la universidad no solo creamos conocimiento, sino que también lo compartimos»
La Dra. Mireia Mallandrich es investigadora del grupo de investigación NanoBioPharma de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona. El grupo, que pertenece al Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (IN2UB), está centrado en el estudio y el desarrollo de componentes nanoestructurados liberados de forma controlada en la aplicación transdérmica para el tratamiento de procesos inflamatorios tópicos.
¿En qué se basa su investigación?
Nuestra experiencia es la evaluación biofarmacéutica de formulaciones de productos de vía tópica (productos dermatológicos, productos para aplicar a mucosas, etc.). Lo que hacemos es valorar a nivel in vitro y ex vivo cómo penetran los diferentes fármacos a través de las barreras de la piel o de la mucosa. Por ejemplo, con un antiinflamatorio –formulado, por ejemplo, en gel o en crema– podemos evaluar si los principios que el producto contiene son capaces de atravesar la piel o la mucosa, con qué magnitud lo hacen, con qué velocidad, etc. Estudiamos cómo se comportaría el principio activo con una formulación determinada. Porque el mismo principio activo se puede comportar de manera distinta con formulaciones distintas. Evaluamos si sería viable o no en la práctica clínica y en el uso humano o veterinario. Es el trabajo previo de desarrollo y optimización de un producto dermatológico o tópico.
¿Qué servicios pueden ofrecer a las empresas?
Hemos hecho algunas colaboraciones con empresas que necesitaban información sobre cómo caracterizar un producto que estaban desarrollando para conocer cómo se comporta. También podemos apoyar a la hora de desarrollar los diferentes prototipos para ver cuál es el más óptimo o el que más se ajusta a los objetivos planteados. Dentro de esta evaluación trabajamos con membranas artificiales que sirven para estudiar explícitamente el comportamiento de la fórmula, o con membranas biológicas –piel o mucosas–. Esto nos da una idea preliminar de si una formulación es viable o podría ser eficaz, o entre varias formulaciones prototipo cuál podría ser la más óptima. A partir de los resultados se pueden sacar conclusiones de qué excipientes o concentraciones son más adecuados, y por lo tanto, esto nos permite ayudar y dirigir el desarrollo y la optimización de la fórmula.
Otras aplicaciones de técnicas que tenemos en el laboratorio y que ahora tienen bastante demanda por parte de las empresas están relacionadas con los fármacos genéricos. Existe un interés porque tienen un coste menor que el producto original. Tiene que haber, sin embargo, la certeza de que son igual de eficaces e igual de seguros que el producto original. Esto normalmente se hace con estudios de bioequivalencia en los que se involucra a humanos y muestras plasmáticas, pero cuando hablamos a nivel de piel, estos estudios clínicos a veces no son viables, porque los productos dermatológicos a menudo presentan una absorción sistémica limitada que inhabilita la comparación de ambos productos a partir de las muestras plasmáticas. Para cubrir estas dificultades, muy recientemente la FDA y la EMA han aceptado esta técnica in vitro para realizar las comparativas entre los medicamentos originales y los genéricos en sustitución del estudio de bioequivalencia.
¿Qué diría a las empresas sobre la investigación que se realiza en la universidad?
Que en la universidad hay muy buenos expertos porque somos especialistas en nuestros campos. No sólo creamos conocimiento, sino que también lo compartimos. Nuestra motivación es investigar y generar conocimiento, y yo creo que esto sí que puede ayudar a otras empresas a mejorar sus propios proyectos y al mismo tiempo prestarles soporte técnico.
¿Cuál es la importancia de la transferencia de conocimiento?
Nosotros estamos muy enfocados en compartir la investigación y el conocimiento que generamos para que al final todo esto tenga una repercusión beneficiosa en la sociedad. Para que la sociedad avance y para poder dar respuesta a todas las enfermedades que aún no están cubiertas. El objetivo de las empresas es generar un producto para el tratamiento o el alivio de las enfermedades y obtener unos beneficios. En nuestro caso, hacemos todo el proceso para llegar a un conocimiento, y para que a partir de este conocimiento que se pueda generar después sea posible cubrir una necesidad. Yo creo que podemos trabajar muy bien conjuntamente y que nos podemos complementar muy bien.
Además, las personas que hoy están trabajando para estas empresas han pasado antes por la universidad. Esto también es un valor añadido nuestro: no nos quedamos el conocimiento para nosotros, como podría hacer una empresa, sino que lo compartimos para que seamos todos al final los que llevamos adelante la sociedad.
Más sobre Mireia Mallandrich
El mejor avance de la historia
No me podría quedar con uno solo. Todos los progresos suman y son muy importantes. La penicilina es muy importante, por ejemplo, pero las vacunas también lo son, y los avances astronómicos seguro que también nos proporcionarán conocimientos que serán muy importantes en el futuro.
¿Qué le gustaría ver en un futuro?
Más colaboración, aunque ya hay mucha, solidaridad, etc. Un mundo más utópico y no tan segregado y egoísta.
¿Qué avance del futuro le da miedo?
Que cualquier avance se utilice con fines maliciosos, que puedan generar guerras, desigualdades, perjuicios para el planeta y para los seres vivos.
La FBG es…
El puente entre la universidad, las empresas y la sociedad. A veces los investigadores podemos ser como el típico científico loco que está con su tema y no sabe ni qué hora es. La FBG tiene la experiencia para relacionarse con diferentes empresas o clientes, realizar la facturación, preparar los contratos laborales, etc., y esto nos permite a nosotros enfocarnos únicamente en nuestra investigación.