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“El miedo, la incertidumbre y el dolor hacen que las personas sean más susceptibles a creer en las teorías de la conspiración”

Entrevistamos a la Dra. Mariona Taulé i Delor, directora del Departamento de Filología Catalana y Lingüística General de la Facultad de Filología y Comunicación de la Universidad de Barcelona (UB) y directora del grupo de investigación del Centro de Lenguaje y Computación (CLiC) de la UB.

Su área de experiencia es la lingüística computacional, que tiene por objetivo el estudio científico del lenguaje y las lenguas desde una perspectiva computacional, y esto incluye tanto el desarrollo de modelos computacionales del lenguaje como de sistemas informáticos que permitan procesarlo de manera adecuada.

La Dra. Taulé recibió una ayuda Líneas Estratégicas para un proyecto que pretende desarrollar una estrategia para contrarrestar la infodemia, la desinformación y, en particular, las teorías de la conspiración en el ámbito de la salud.

¿Qué es una infodemia?
Una infodemia es una pandemia informativa, una epidemia de información falsa, como por ejemplo las teorías de la conspiración que surgieron durante el covid-19. La infodemia sería, por tanto, un tipo de desinformación, es decir, información deliberadamente falsa y creada para hacer daño. De hecho, infodemia es un término que utiliza la Organización Mundial de la Salud (OMS) para referirse al alud de mensajes falsos y engañosos sobre el covid y las vacunas.

¿Cómo inciden las nuevas tecnologías en la difusión de información falsa?
Internet y las redes sociales tienen un papel evidente, ya que son su principal canal de difusión. Este tipo de mensajes se propagan básicamente a través de las redes sociales, tan o más deprisa que un virus o una enfermedad infecciosa, y quizás también son más difíciles de combatir. El ecosistema informativo ha cambiado, y las plataformas digitales facilitan la propagación de estas teorías conspirativas, hacen posible que lleguen a un público más amplio, más transversal y de forma muy rápida. Si a ello le añadimos además la pandemia y la consiguiente amenaza de una enfermedad mortal, el confinamiento (es decir, la disminución de la movilidad, el aislamiento social, la disponibilidad también de más tiempo para acceder a las redes sociales) y la incertidumbre de la ciencia sobre cómo afrontar la covid, todo ello crea el marco ideal para la desconfianza en las instituciones y la necesidad de entender qué está sucediendo, de encontrar una explicación, y hay gente que se aproxima a las teorías de la conspiración para encontrar estas explicaciones.

¿Y por qué?
Porque estas teorías ofrecen explicaciones fáciles de entender a eventos confusos, al afirmar que los complots secretos orquestados por personas poderosas o por grupos malévolos son los responsables de estos eventos. Todo ello hace que el mensaje sea más atractivo y explica el crecimiento y el interés por este tipo de desinformación. Miedo, incertidumbre, confusión, impotencia, pérdida de control, dolor, hacen que las personas sean más susceptibles a creer en las teorías de la conspiración, y por eso las estudiamos.

Usted recibió una ayuda Líneas Estratégicas para el proyecto “XAI-DisInfodemics: eXplainable AI for disinformation and conspiracy detection during infodemics”. ¿Cuál es el estado actual de la investigación?
XAI-DisInfodemics es un proyecto coordinado por la Universidad Politécnica de Valencia en el que participan cuatro universidades españolas, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la empresa Symanto Spain SLU. Mireia Farrús, miembro también del CLiC, y yo misma somos las participantes de la Universidad de Barcelona. Se trata de un equipo multidisciplinario en el que colaboran psicólogas, lingüistas computacionales e ingenieros informáticos.

Los objetivos generales del proyecto son: desarrollar una estrategia para contrarrestar la infodemia, la desinformación y, en particular, las teorías de la conspiración en el ámbito de la salud; analizar cuáles son los elementos que hacen creíbles las teorías de la conspiración en las redes sociales, y desarrollar herramientas de detección basadas en el aprendizaje automático.

Nuestra participación se centra básicamente en la creación y anotación de los corpus digitales que se utilizarán para desarrollar estas herramientas de detección, es decir, para entrenar los distintos modelos de aprendizaje automático que se desarrollen.

¿Qué es un corpus digital?
Un corpus es una colección de textos escritos u orales, normalmente amplia, en formato electrónico que se ha creado con una finalidad concreta a partir de ejemplos reales de uso de una lengua o variedad lingüística.

El corpus que estamos desarrollando es multilingüe, y está formado por 5.000 mensajes en español y 5.000 en inglés extraídos de distintos canales de Telegram sospechosos de difundir teorías de la conspiración. La anotación consiste en diferenciar aquellos mensajes que incluyen “pensamiento conspiratorio“ de los que son “pensamiento crítico”, es decir, en determinar si se trata de un mensaje que es crítico con las vacunas o con la covid-19 o con la manera en la que se ha gestionado la pandemia pero que no es conspiratorio.

¿Cómo puede la inteligencia artificial ayudar a combatir la desinformación?
Es muy importante combatir este tipo de desinformación –es decir, las teorías de la conspiración–, porque pueden causar daños reales a las personas, a su salud y a su seguridad física, como ya advertía la UNESCO en 2020. Nuestros compañeros ingenieros del proyecto son los encargados de desarrollar las herramientas que deben permitir detectar este tipo de mensajes, y para ello necesitan la inteligencia artificial, especialmente modelos basados en técnicas de aprendizaje automático profundo (deep learning), y los corpus que nosotros estamos desarrollando. También es necesario entender cómo esta información se propaga por las redes, qué perfiles de usuarios son más propensos a compartir este tipo de mensajes y cómo podemos identificarlos para poder crear mecanismos de alerta y contener o reducir su propagación.

Más información sobre la Dra. Mariona Taulé

¿El mejor invento de la historia?
La escritura, sin ella no estaríamos donde estamos. La escritura fija el habla, que es efímera. La escritura, y la lectura, abren la puerta a la civilización. Nos permite conservar la memoria de la humanidad y la acumulación de saber, de conocimiento.

¿Qué le gustaría ver en un futuro?
Una sociedad que incluya la diversidad, una sociedad más equitativa, que garantice la igualdad de oportunidades, una sociedad más justa. Una sociedad sin mensajes de odio, sin mensajes falsos… ¡una utopía!

¿Un avance del futuro que le dé miedo?
El mal uso que las personas puedan hacer de todos los descubrimientos y avances tecnológicos que en breve formarán parte de nuestras vidas.

¿Un referente?
Ninguno en concreto, y muchos. De hecho, todas aquellas personas que me han enseñado, y me enseñarán algo.

¿Qué podría hacerse para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres?
Más que de igualdad, yo hablaría de equidad entre hombres y mujeres; deberíamos poder tener las mismas oportunidades, y para ello hace falta mucha pedagogía. En mi campo de investigación, lo mejor que podemos hacer es desarrollar recursos lingüísticos y sistemas de aprendizaje automático equitativos y justos, sin información sesgada, que sean inclusivos, capaces de reflejar la diversidad y las múltiples perspectivas de entender e interpretar el mundo.

La FBG es…
Un equipo de gente fantástica que me apoya a la hora de gestionar la investigación.

*La referencia de la ayuda Líneas Estratégicas que recibió la Dra. Mariona Taulé es la siguiente: «Proyecto PLEC2021-007681, financiado por MCIN/AEI /10.13039/501100011033 y por la Unión Europea NextGenerationEU/ PRTR)».
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