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David Ricart «La industria farmacéutica se ha girado hacia la universidad para ver qué está haciendo»

David Ricart es el gestor de proyectos del CEREMET, el Centro de Investigación en Metabolismo de la Facultad de Biología. El grupo se creó hace quince años, justo en el momento en que comenzaba a desarrollarse el ecosistema biotech. Todo un acierto.

¿A qué se dedica el grupo de investigación?

Nosotros nos hemos centrado siempre en el metabolismo lipídico –en su regulación, en cómo funciona en diferentes situaciones fisiológicas…–, y esto nos ha llevado hacia líneas de investigación sobre la obesidad mórbida, la cirugía bariátrica y las enfermedades asociadas tales como la diabetes, las cardiopatías, etc. Esta es la actividad de investigación propia del grupo, pero desde hace casi quince años investigamos para terceros como servicio científico-técnico. Esto lo hacemos a través del CEREMET, el Centro de Investigación en Metabolismo. Toda la experiencia y todos los conocimientos del grupo con respecto a metodología, asesoramiento y gestión los ponemos a disposición, sobre todo, de la industria farmacéutica.

¿De qué manera colaboran con la industria?

Durante todos estos años hemos trabajado, sobre todo, con empresas farmacéuticas y biotecnológicas a través del CEREMET. Por ejemplo, tenemos un cliente con el que llevamos ya cuatro años trabajando con modelos animales para desarrollar formulaciones que liberen fármacos de manera progresiva. Es decir, se busca generar una especie de depósito del fármaco bajo la piel a través de un polímero que permite una liberación lenta, progresiva y controlada del fármaco. En este proyecto nosotros aportamos el modelo animal y hacemos la administración y la obtención de muestras, y ellos hacen el análisis.

En otros casos, de cara al registro de nuevos productos en las agencias del medicamento, las empresas deben tener todo el perfil de composición del producto. Nosotros lo que aportamos aquí es nuestra capacidad de análisis de, por ejemplo, el perfil de composición lipídico necesario para la documentación de registro.

Sin embargo, no nos ceñimos únicamente al apoyo tecnológico y metodológico de análisis, sino que hacemos también un acompañamiento tanto en el diseño previo como en el seguimiento de la ejecución y en las decisiones que se puedan tomar posteriormente.

Además, toda nuestra actividad se desarrolla bajo un sistema de gestión de la calidad certificado según la norma ISO9001, y este es un factor muy valorado por las empresas


El CEREMET ofrece también un servicio de experimentación animal

Sí, en este departamento tenemos una sala para trabajar con animales. Es una subunidad de la Unidad de Experimentación Animal de la Facultad de Biología cuya gestión nos fue delegada. Esta instalación nos permite ofrecer a nuestros clientes un lugar donde pueden tener sus animales mientras nosotros hacemos el mantenimiento y la manipulación, pero ellos también pueden venir a hacer sus protocolos. Este es uno de los puntos fuertes del CEREMET, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos años la industria farmacéutica ha externalizado mucho el uso de las instalaciones con el fin de reducir gastos. Así, cuando tienen que hacer un experimento, nosotros nos encargamos de comprar los animales, de hacer el mantenimiento de los mismos y de gestionar toda la documentación necesaria. También nos encargamos de ejecutar el procedimiento, a veces en colaboración con la empresa. Esta es una de las cosas que caracterizan al CEREMET: por un lado, la experiencia en trabajo animal, y por otra parte, la posibilidad de ofrecer a los clientes un servicio muy flexible y adaptado a sus flujos de trabajo.

¿Qué les aporta, como grupo de investigación, la colaboración con empresas?

Las fuentes de financiación de la investigación se han ido reduciendo en los últimos años. Y no es sólo que se hayan reducido las fuentes de financiación, sino que, además, muy a menudo las convocatorias públicas tienen limitaciones en cuanto a qué puedes destinar el dinero, en qué puedes gastarlo. Generalmente se puede conseguir financiación para activos y para equipos, pero cuesta conseguir financiación para personal. Siempre había esa cosa de que no teníamos dinero para personal, y al final el capital humano es lo más importante. Por tanto, es obvio que en la colaboración con empresas hay una clara motivación económica, pero desde un punto de vista estratégico, no lucrativo. Es como un ciclo. El grupo, a lo largo de su trayectoria histórica, ha generado un conocimiento, una experiencia y unas metodologías que son las que el CEREMET ofrece a terceros. Y con el dinero que obtenemos de estos terceros compramos equipos que nos permiten acceder a nuevas metodologías y a formación para el personal que repercuten positivamente en la investigación del grupo.

¿Se acercan más ahora las empresas a la Universidad para contratar sus servicios?

Antes las empresas lo tenían todo internamente, en la propia empresa. La empresa farmacéutica disponía de unas grandes instalaciones propias, desde el laboratorio de síntesis de compuestos hasta el departamento clínico para realizar los ensayos. Para reducir costes todo esto se ha ido externalizando y se han ido desarrollando nuevas empresas de servicios. A la vez que ha ocurrido esto, se ha desarrollado todo el ecosistema biotech. Todo el entorno ha cambiado, se ha enriquecido y se ha diversificado.

Nosotros empezamos hace quince años, justo cuando todo esto empezaba a emerger. Y fue un acierto, porque de alguna manera nos empezamos a dar a conocer cuando las empresas empezaban a buscar expertos en áreas de conocimiento y en metodologías que necesitaban para su desarrollo. La industria farmacéutica se ha girado de alguna manera hacia la universidad para ver qué está haciendo. En la universidad se genera conocimiento, y la industria lo que hace es generar valor. De alguna manera, pues, la industria ha ido a la academia a buscar este conocimiento que se está generando. Y esto se ha notado, incluso en la Administración, que está potenciando esta relación público-privada con, por ejemplo, el programa RETOS-Colaboración. Todo el mundo se ha dado cuenta, más deprisa o más despacio, de que la industria necesita a la academia y de que la academia también tiene en la industria una oportunidad para hacer cosas nuevas y para conseguir financiación.

¿Qué importancia tiene la transferencia de conocimiento?

La transferencia de conocimiento es importante tanto para la universidad como para la industria, y también lo es para la sociedad. Al final, la academia es una entidad pública a la que todos nosotros, la sociedad, aportamos dinero para la generación de conocimiento. Si la gente ve que este conocimiento retorna, es cuando lo valora. Cuando la investigación era algo sólo del mundo académico y no trascendía a la sociedad, la gente no lo valoraba. Como investigadores tenemos muy asumido que queremos generar conocimiento y descubrir cosas, pero creo que también debemos plantearnos cómo todo cuanto generamos y descubrimos puede trasladarse y ser útil en la sociedad. Evidentemente, sin embargo, también hay que tener presente que el investigador y la universidad no son la entidad preparada para terminar de desarrollar un producto. Debemos tener claro que cuando tenemos una idea debemos recurrir a la industria para ver la utilidad de la misma. Este diálogo debe existir. A veces una idea puede ser muy buena, pero puede que su desarrollo industrial no sea factible.

 

Más sobre David Ricart

El mejor avance de la historia: Como bioquímico, para mí el genoma humano marca un antes y un después.

El peor avance de la historia: Para mí los descubrimientos no son ni buenos ni malos por sí mismos, sino que lo son en todo caso sus aplicaciones. Por ejemplo, una aplicación bélica de cualquier desarrollo científico es una mala aplicación.

¿Qué le gustaría ver? En el mundo desarrollado invertimos muchos esfuerzos para tratar enfermedades como el cáncer, el Alzheimer…, mientras en algunos países subdesarrollados se están muriendo a causa de enfermedades relacionadas con cosas tan básicas como la higiene o la salubridad de las aguas. La grieta es muy grande. Lo que a mí me gustaría, utópicamente, es que de alguna manera los avances científicos llegaran a todo el mundo.

La FBG es…

un punto de apoyo clave, no sólo para las tareas administrativas, sino también en todo lo que hace falta para llegar a las empresas, para saber cómo hay que trabajar con ellas, cómo enfocar la relación con ellas… Yo personalmente he aprendido a entender el lenguaje y la manera de trabajar de las empresas gracias a la gente de la Fundación.

 

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