Raquel Pelta “El co-diseño permite encontrar soluciones para las personas”
Entrevistamos a la Dra. Raquel Pelta, profesora agregada del Departamento de Artes Visuales y Diseño en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona.
Con ella hablamos sobre el co-diseño, también conocido como diseño participativo, y cómo puede ayudar esta disciplina a buscar soluciones a retos y problemas de la sociedad.
Primero de todo, ¿en qué consiste el co-diseño?
A grandes rasgos, se define como un proceso de creación colectiva que incorpora a los usuarios finales o partes interesadas, de manera activa y creativa, en el proceso de diseño de un producto, espacio o servicio. Dichos usuarios colaboran con los diseñadores profesionales y otros expertos, durante todo ese proceso, con el objetivo de encontrar las soluciones más adecuadas a sus necesidades y/o problemas.
Por lo tanto, intenta potenciar la creatividad de las personas.
Sí. Es un enfoque democrático, basado en la idea de que todas las personas son creativas y expertas de sus experiencias y supone un compromiso con ellas y con la comunidad. Es una metodología que cuenta con una serie de técnicas y herramientas propias del diseño (aunque también procedentes de otras disciplinas como la antropología o la sociología) utilizadas para conseguir la participación real, trabajando con individuos, grupos y comunidades.
¿Para qué puede servir esta metodología?
El co-diseño ofrece muchas posibilidades a la hora de afrontar problemas sociales complejos y de crear servicios que se adapten mejor a las necesidades de los usuarios, al promover la colaboración entre diferentes grupos de personas y distintas partes implicadas.
¿Qué relación tiene el co-diseño con el trabajo social?
El co-diseño puede hacer de puente entre el diseño y el trabajo social, entre otras razones porque sus fundamentos coinciden en gran medida con los de este último, como, por ejemplo: encontrar soluciones para las personas, incrementar su autoestima, crear lazos entre ellas y hacerlas partícipes de la vida colectiva. Por otra parte, para el co-diseño, los conceptos de capital social y empoderamiento son centrales como, también, lo son para un trabajo social que busca enfoques positivos —en lugar de centrarse en los déficits— con el fin de facilitar a las personas un mayor grado de autonomía y unas mayores probabilidades de éxito en sus trayectorias vitales.
El co-diseño y el trabajo social son dos disciplinas en las que la investigación y la práctica se unen en la actividad profesional. Pero lo más importante es que su razón de ser es el sujeto. De hecho, la perspectiva de intervención social centrada en la persona y la del diseño centrado en la persona están muy próximas. El trabajo social (igual que el diseño) busca constantemente nuevos instrumentos que le permitan afrontar mejor los retos de una sociedad en la que se incrementan las desigualdades sociales. Uno de esos nuevos instrumentos puede ser, sin duda, el co-diseño.
¿Podría darnos algún ejemplo de un proyecto en el que haya aplicado el co-diseño con éxito?
Mis proyectos siempre se han centrado en tratar de comprobar de qué manera se puede aplicar el co-diseño al ámbito de lo social, en entender cuáles son sus límites y en demostrar cuáles son sus beneficios. He colaborado con una entidad social de Barcelona en proyectos de intervención socioeducativa con jóvenes vulnerables, en los barrios del Raval y de La Mina, realizando talleres de co-diseño. Ha sido un medio para trabajar la autoestima, el empoderamiento, la cohesión de grupo y la capacidad de resolución de los problemas. Los talleres sirvieron para crear vínculos entre los jóvenes, detectar problemas personales e identificar habilidades que bien impulsadas pueden constituir la base de un asesoramiento personal y profesional adecuado, por parte de los educadores.
También os centráis en formar a trabajadores sociales y a otros empleados del sector público.
Sí, desde hace dos años los formo para que puedan aplicar el co-diseño como metodología tanto a su trabajo cotidiano en equipo como a proyectos de innovación social. Se trata, también, de que comprendan la necesidad de incluir a profesionales del diseño en los proyectos sociales que llevan a cabo y los beneficios que eso comporta. Para mí es una ocasión de indagar en las posibilidades e impacto del co-diseño en el sector social.
¿Cómo adapta sus formaciones en co-diseño para trabajadores sociales en distintos contextos culturales y geográficos, como Madrid, Cuenca, Barcelona y Lisboa?
Cualquier proceso de co-diseño se tiene que adaptar siempre. Es único. Antes de llevarlo a cabo, es preciso saber quiénes son los participantes y cuáles los objetivos que queremos alcanzar. Por tanto, hay que diseñarlo previamente para cada situación, investigando y determinando qué herramientas son las más adecuadas en función de las necesidades, de las características de los participantes, de los problemas a resolver, de los retos a alcanzar, etc. Por otro lado, el co-diseño es un proceso iterativo, en el que cada fase se planifica a partir de los resultados obtenidos con la contribución de los participantes en la etapa anterior.
¿Cuáles son las habilidades clave que considera esenciales para los trabajadores sociales que desean incorporar el co-diseño en sus prácticas?
Por la formación que han recibido, los profesionales del trabajo social ya tienen muchas de las habilidades necesarias para incorporar el co-diseño en sus prácticas: empatía, capacidad de reflexión y creatividad; desarrollan un pensamiento inclusivo, aprecian los aspectos de un problema complejo y, como hacen los diseñadores y diseñadoras, tienen la habilidad de explorar más allá de los límites de los fenómenos percibidos.
Incorporar el co-diseño en sus intervenciones puede serles de ayuda, pues los beneficios que comporta pueden ser muchos. Las experiencias de co-diseño demuestran que es una perspectiva eficaz y que permite obtener resultados duraderos, siempre en función del tipo de proyecto. Es un enfoque de desarrollo y de cambio que no solo transforma entornos o artefactos, sino, también, personas, organizaciones y comunidades mientras participan, y en eso coincide con el quehacer del trabajo social.
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